domingo, 4 de octubre de 2009

Defíneme, defínete (Parte I)

-Te lo ruego, solo una pregunta más, la verdad no quiero extender esta conversación mucho tiempo.-

-Bueno, solo una más, ¿Me amas?-

-JAJA, el amor, por eso estoy aquí frente a tus ojos queriendo morir y aún me preguntas ¿si te amo? Pues si, pero primero, defíneme, defínete.-



Aún recuerdo el primer día en que la vi, estaba en un salón de paredes grises y sillas azules, en un salón de bostezos y tableros rayados, a su alrededor habían algunas personas, algunas conocidas otras no। Ella estaba sentada en una esquina algo sola y aburrida, quise acercarme a ella pero como buen hombre que soy me acobarde y me senté con algunos compañeros, eso si, sin quitarle los ojos de encima ni por un solo instante, ¿Qué porque estábamos en ese salón?, la verdad no me acuerdo, solo recuerdo que duramos en aquel lugar 1 hora y 40 minutos, hasta el día de hoy ese fue el tiempo mas inmaculado y precioso en mi vida. Suena ridículo, ¿No?, pero como no puede ser hermoso ese momento si estas viendo a la mujer más hermosa del mundo, una mujer rubia, con dientes grandes y hermosos que se encuentran encerrados entre unos preciosos labios delgados y pálidos con un poco de tinte rojo, una piel tan blanca y tan suave como el canto de algunas aves al amanecer combinado con las nubes en una mañana soleada, una nariz simplemente espectacular que hace el camino a unos ojos expresivos llenos de ternura y maldad, uno ojos tan capaces de amar como de asesinar, pero que seria de los ojos de esa mujer sin sus hermosas pestañas, unas pestañas que con un simple parpadear pueden crear un torbellino de ilusiones, sueños, fantasías y como no, de lagrimas. ¿Algún día fue capaz de hablarle? Si claro, por cosas del destino terminamos unidos en un mismo lugar y aunque nos saludábamos y de vez en cuando cruzábamos unas cuantas palabras yo no le representaba mayor cosa a ella. Yo la miraba a los ojos cuando la tenía cerca, ella por el contrario pasaba por delante y solo pronunciaba un triste saludo con el cual me tenía que conformar. ¿Y que hizo para tenerla? No mi hermano yo no la tengo, ojala fuera mía ¿Bueno entonces como logro ser alguien para ella? Usted se va a reír un poco cuando le cuente esto, uno por lo general las empieza a molestar, a buscar, les habla mas seguido y les manda indirectazos que casi nunca van a ningún lado, ¿O no? Lo que yo no sabia era porque yo no era capaz de hacer eso con esa mujer, cada vez que la veía me cagaba del susto, cuando me hablaba parecía un idiota y ni se diga cuando me tocaba, pero en lo mas profundo de mi ser estaba un algo que quería acabar con esos labios delgados y pálidos a besos. Yo tenía una bomba de sentimientos y palabras hermosas que estaba por detonar, pero al parecer esa bomba estaba desactivada. Un día llegue de la universidad decidido a hacer algo por ella, estaba dispuesto a activar la bomba que tenia muerta en mi corazón, entre a Internet y abrí Google, en palabras textuales escribí, tácticas para seducir una mujer hermosa, me sentí tan ridículo buscando eso, el buscador arrojo 44.500 resultados de los cuales 44.499 eran pura basura escrita por unos disque gurú del amor, entre esos resultados encontré el que seria la respuesta a mis miedos, mi cura a los temores tenia nombre propio, Mario Benedetti, un poeta uruguayo de mediados del siglo XX, el hombre era un enamorado empedernido, eso era lo que yo necesitaba, encontré un párrafo de un poema que el tipo este escribió hace ya algún tiempo, dice algo así: …mi estrategia es en cambio más profunda y más simple, mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites. Una táctica un poco pretenciosa ¿No? Esta fue la estrategia que yo adopte para llegar al corazón de tan preciosa mujer.

Continuara….
Alejandro Lotta “Machin”
Para ella, la dueña de los labios mas hermosos de este mundo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

donde esta la segunda parte de la historia ....

Alejandro Lotta dijo...

Pronto llegara la segunda parte, Tranquilo, sea quien sea

KISS