¿Una hoja?

Y acaso ¿Qué tengo de hoja?

Sabes, me encantaría dar un recorrido por tu ser. Empecemos por la lámina o limbo, para que te sientas identificada piensa en tu piel, es la parte que cuenta con más cantidad de cloroplastos en las hojas, piensa en los cloroplastos como tus poros que lubrican y aromatizan tu piel, no te sientes identificada en un mundo de colores, cuando una hoja no está plasmada con un color se le llama, discolora. Estipulas son apéndices que se desprenden del tallo principal, ¿aún no te identificas? Piensa es esas apéndices como los matices de tu personalidad, matices que enriquecen experiencias y momentos a tu lado. Como olvidar el tallo, tu cuerpo delgado y armonioso que sin duda sostiene y representa tu personalidad y tu ser. Hablar de la forma de una hoja y compararla contigo es difícil, las hay compuestas, vasculares, verticiladas, dentadas, lobuladas, etc. Cada especie igual de hermosa a la que la prosigue, solo hay una diferencia contigo. Tú eres única, hay muchas especies pero ninguna hoja se parece a otra, tú eres el fiel ejemplo de eso, hoy son más de 6900 días que llevo de vida y en esos días ninguno fue como aquel día en el que me senté en tu cama a ver tu comportamiento mientras escribías frases sin sentido, analizando uno a uno tus delicados movimientos, tus prominentes gustos y tus extravagantes gritos que terminaban con una risa contagiosa.

El valor de una hoja para una comunidad es vital, alimenta y renueva a su grupo. En un solo día me renovaste y me hiciste respirar un ambiente nuevo. Si me dicen cómo definir tu especie yo diría. Ella es una hoja sin una grafía clara pero interesante, esta especie tiene una lámina discolora, estipulas interesantes y variadas, sin duda con un tallo firme y fuerte que no la hace tambalear con facilidad. En pocas palabras, yo recomendaría tener una hoja de esta especie en la vida de muchas personas del mundo, sin duda el incremento de sonrisas seria considerable en el mundo.

¿Ya sabes porque una hoja?

Alejandro Lotta “Machín”